Edificada a mediados del siglo XVII, la iglesia, que reemplazó un edificio en ruinas dedicado a San Nicolás, es conocida hoy como Sant’Onofrio.
En realidad hoy en día es dedicada a los santos Nicolás y Onofre, como se puede ver en el lintel decorado con diseños de flores y aves. La iglesia se caracteriza por una pequeña fachada enlucida de cal y conserva en su interior un órgano del siglo XVIII, un gran crucifijo y una estatua de San Onofre con barba y pelo larguísimo que cubre su desnudez.
San Onofre está representado también en una estatua procesional de plata del siglo XVIII y en un lienzo que muestra al santo en su vida eremítica, en devoción de la Santísima Trinidad.
Otro cuadro del siglo XVII es Madonna Consolatrice, que retrata a la Virgen con los santos Agostino, Nicolás de Tolentino, Tomás de Villanueva y Mónica.