El convento de Immacolata era una mansión del siglo XIX, cedida por la familia Gabrieli en 1964 a las monjas Benedictinas celestinas del convento de San Basilio.
Entre las numerosas actividades, el convento cuenta con un activo laboratorio de restauración de libros antiguos.
También son muy conocidos el cultivo de áloe en el convento y la realización de productos estético-curativos derivados de esta planta.
(trad. Maria Chiara Ivone - Tirocinante Unitrieste SSLMIT)